Historias EXTRAordinarias

Embarazo múltiple y síndrome de Down. La historia de Claudia y Daniela.

Hoy, te traigo la historia de Claudia y Daniela, dos mellizas EXTRAordinarias, contada por Lorena, su madre.

Todo comenzó hace algo más de cinco años cuando decidimos darle a Pablo un hermanito o hermanita.

Estábamos todos muy ilusionados y al fin, llego el embarazo.

La primera sorpresa: ¡Gemelos!

A las pocas semanas, tuvimos nuestra primera sorpresa cuando en la primera ecografía nos dicen que son ¡GEMELOS!

Nos quedamos en shock, pero contentos porque todo estaba bien. 

Fueron pasando las semanas y llegando las noticias.

Eran mellizas. Claudia y Daniela ¡Genial! 

Todos estaba bien para los médicos, pero sus informaciones no nos dejaban tranquilos

Siguieron pasando las semanas y comenzamos a recibir informaciones, por parte de los ginecólogos, que no nos dejaban tranquilos.

Una amenaza de aborto de Daniela, un exceso de líquido amniótico en la bolsa de Daniela, un percentil 10 en Daniela, pero los médicos nos insistían en que todo estaba bien.

El día de la última ecografía, nos dicen que van a volver a pedir analítica para toxoplasmosis, pero que todo está bien, que estuviéramos tranquilos.

De eso nada, yo no podía estar tranquila. Así que solicité el informe de la ecografía y vimos que Daniela estaba en un percentil 10, pero el fémur y húmero en un 1 y 3 respectivamente.

En ese momento, supe que algo nos íbamos a encontrar el día del parto.

La llegada de Daniela y Claudia en la semana 32

Finalmente llegó el día. A las 32 semanas de gestación, mis chicas decidieron venir al mundo.

¡Qué nervios! ¡Qué miedo! !Qué incertidumbre!

La primera en nacer fue Claudia.

Ni la vi. Se la llevaron rápido a neonatología y me dijeron que estaba muy bien.

Al rato, nació Daniela y a pesar de que tuvieron que atenderla, me la enseñaron y me insistieron en que mirara la pulsera del hospital que le habían puesto.

Llevaba el mismo número que la mía.

En ese momento entendí todo. Cuando vi esa carita, con esos rasgos tan claros, supe el por qué de todo lo que había ocurrido.

Mi marido no pudo estar en el parto y fue muy duro.

En el momento del parto, mi marido no pudo estar y no compartimos ese momento juntos .

Fue muy duro.

Mi cabeza comenzó a dar mil vueltas y decidí no decirle cómo era esa preciosa carita que había visto. 

Eran cerca de las 12 de la noche cuando pude verle ya en la habitación, sin nuestras niñas (las dos estaban en la incubadora).

Esa noche la recuerdo como interminable.

Las neonatólogas le dijeron a mi marido que Daniela, posiblemente, tenía Síndrome de Down y que le tomarían muestras para confirmarlo, pero no él no quiso decirme nada.

Yo había visto esa carita y también sabía lo que había, pero tampoco quise decírselo.

Pasamos la noche en silencio pensando los dos lo mismo, pero sin poder hablar.

Cuando mi marido me dijo que le habían hecho la analítica del cariotipo a Daniela, toqué fondo

Al día siguiente, subimos a neonatología a verlas después de que le dijeran a él, que Daniela tenía una cardiopatía (lo cual acabó de confirmar mis claras sospechas) y delante de la incubadora, le pregunté:

¿No te da la sensación de que Daniela tiene rasgos como de Síndrome de Down?

Él me contestó: «tranquila, ya le han hecho las pruebas». Se refería a la analítica de cariotipo que es la que prueba que lo confirma una vez que ha nacido el bebé.

En ese momento toqué fondo, no quería que pasara lo que estaba pasando, me sentía culpable por haber permitido que se formara mi hija dentro de mí con aquello que, para mí era tan terrible, el Síndrome de Down.

Lloré y lloré hasta que, en un par de días, decidí que mi llanto no iba a cambiar ese cromosoma de más y que mi energía la necesitaba para sacarlas adelante. Y así lo hice.

Ha sido durísimo, pero no lo cambio por nada del mundo

Ha sido una primera infancia durísima con muchos problemas de salud y pensando, algunas veces, que nuestra pequeña nos dejaba, pero no ha sido así.

En un par de meses, cumplirán 5 años y no los cambio por nada del mundo.

Tengo la suerte de ser mamá de una pequeña que no solo nos hace felices, sino que tiene la capacidad de hacer mejor a todo el que está a su alrededor.

Mi niña es fuerte, dulce, preciosa y nos da muchísimo más de lo que hubiéramos pensado nunca.

Nos ha enseñado a no dar ni un paso atrás y que a pesar de que la vida no es fácil, se puede ser feliz (y nosotros lo somos).

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About Raquel

Soy Raquel, mamá imperfecta de 3+1. Me encanta la vida. Desde Mamá EXTRAordinaria quiero poner mi granito de arena para la visibilización y la normalización de las personas con síndrome de Down en nuestra sociedad. ¿Me acompañas?
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